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El año anterior, el maestro Rodríguez estrenó "Cristo del Perdón", sobre la anterior marcha "Divino Cordero" a la que sólo modificó el trío final. Su música y una marcha fúnebre que había escrito el granadino Barros Jódar para la hermandad del Sepulcro, eran únicamente el repertorio egabrense del que se disponía. Pero dos músicos nacidos en el seno de la banda, Manuel Aguilar y Manuel González, éste último había tomado la batuta de la banda de música pocos años antes, decidieron dar un paso adelante y escribir para la Semana Santa de Cabra y sus cofradías.
El comienzo de la trayectoria de Manuel Aguilar con la marcha procesional, tiene lugar con una marcha escrita por y para la Semana Santa de Cabra. Así define el propio autor a "Sentir Cofrade", firmada en la Cuaresma de 1991, y así reza en la partitura: "Dedicada a la Semana Santa Egabrense y a las personas que trabajan por ella".
Por eso mismo, por su dedicatoria colectiva, y por el hecho de que fue la primera de una época que muchas generaciones recordamos con cariño y nostalgia por lo que supuso (el estreno de marchas dedicadas a nuestras cofradías) "Sentir Cofrade" es una marcha muy especial, tanto en lo musical como en lo emotivo. Es una composición que nos identifica a muchos cofrades, una identidad que es la que buscaba su autor y que debemos seguir cuidando para que se perpetúe.
La marcha se estrenó en el tradicional concierto homenaje a la Semana Santa de Cabra, cita anual que la banda instauró en la etapa de dirección de Juan Domingo López Olivencia en los años ochenta. Aquel año de 1991 el concierto se celebró el 17 de marzo en la iglesia de la Asunción y Ángeles. "El Egabrense" del 5 de abril se refiere al concierto, destacando al estreno de "Sentir Cofrade" y pormenorizando sobre algunas piezas que se interpretaron.
El concierto estuvo conducido por Manuel González Rubio, que ya era director titular de la banda, y en el mismo se interpretaron los pasacalles "La Cruz Parroquial" y "Cofradías Egabrenses", así como "Virgen del Socorro" (dirigida por su autor, el maestro Rodríguez) y otras composiciones de Emilio Cebrián y Abel Moreno en su mayor parte.
El estreno de "Sentir Cofrade" contó, cómo no, con la dirección de su autor, Manuel Aguilar. La marcha fue presentada por el entonces presidente de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Cabra, el recordado Manuel Castro Roldán. El periódico "El Egabrense", como decíamos, se refiere al estreno y su autor en estos términos: "original del director adjunto Manuel Aguilar Aranda, un hombre de 25 años de una envidiable vocación artística para el que las bellas artes apenas tienen secreto (...) la obra, a través de cuyos compases se vislumbra una Semana Santa notablemente cabreña encontró el eco natural entre los asistentes al acto que lo expresaron con una clamorosa salva de aplausos obligando a su repetición".
Si subrayamos el estreno de esta marcha, es precisamente porque tras ella, vendría un importante grupo de composiciones para nuestras cofradías, con la firma de Aguilar y Aranda y González Rubio. Al siguiente, se estrenaría González Rubio con su composición "Jesús Nazareno" y Manuel Aguilar proseguiría dedicando páginas musicales a la Semana Santa de Cabra. Ambos, en la década de los noventa, mantuvieron una actividad compositiva muy elevada, estrenando composiciones prácticamente con carácter anual. Así, nacerían marchas como "Soledad, "A Jesús de las Necesidades" o "Getsemaní".
"Sentir Cofrade" trasluce una música apasionada, un espíritu efusivo que se entrega a la Semana Santa en cuerpo y alma. Su autor así lo refleja, sin término medio, en una expresión muy intensa, con una melodía de fuerte componente lírico y muy evocadora. Una página nostálgica donde la música hilvana una ofrenda sentida a la Semana Santa, a la Semana Santa del autor. Pareciera como si en sus compases, llegaran de repente todos sus recuerdos.
La marcha se estructura en una larga introducción, a la que le sigue un primer tema muy reposado que se repite. Le sucede el pasaje central con principal protagonismo de los metales, generando una tensión que luego se canaliza en un trío final apacible y de gran belleza, donde destaca la melodía de las maderas y unas llamadas en un plano más secundario de trompetas.
La marcha se interpretaría en alguno de los pregones de la Semana Santa celebrados con posterioridad, como en los pronunciados por José Peña González en 1992 y por Antonio Ramón Jiménez Montes en 1996. La composición estuvo ausente un buen tiempo del acto del pregón, volviendo a interpretarse en los pronunciados recientemente en el 2011 y 2016 en el Teatro El Jardinito, sustituyendo de forma ocasional en estos dos casos a la marcha "Aniversario de Pasión en Cabra", también de Manuel Aguilar, con el único objeto de dotar de ese sitio de honor que tiene la marcha por su particular y sentida dedicatoria a toda la Semana Santa de Cabra.
Especialmente en los noventa, la marcha se interpretaría con frecuencia tras los pasos. Más adelante, en parte debido a la introducción masiva de bandas de cornetas y agrupaciones musicales, que han relegado sustancialmente la participación de la banda de música, la composición se ha interpretado en escasas ocasiones en la calle en nuestra Semana Santa. En la última procesión de San Rodrigo, la banda de música la interpretó en la plaza Vieja.
La composición tiene dos registros sonoros: el primero en la doble cinta de marchas procesionales grabada por la banda de música de Cabra en 1992 y el segundo en el disco que se publicó en 1996 titulado "Marchas procesionales egabrenses", en homenaje al maestro Rodríguez recientemente fallecido.
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