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Estreno de la marcha "Aparta de mí este cáliz" del Maestro Antonio Moral Jurado
Redacción / AR Jiménez Montes
La Banda Municipal de Sevilla ha estrenado una marcha procesional de autoría egabrense. Ha sido compuesta por el director de la Banda de Música de Cabra, Antonio Moral Jurado. La marcha lleva el título "Aparta de mí este cáliz", inspirada en el pasaje de la Oración en el Huerto de Jesucristo.
El maestro Antonio Moral Jurado ha tenido la satisfacción de ver esta partitura de su poema sinfónico interpretada "nada más y nada menos que por una formación de la envergadura de la Municipal de Sevilla", como ha señalado Mateo Olaya. Se trata de un acontecimiento para la música egabrense pues es la primera vez que una gran banda a nivel nacional, estrena una composición de un egabrense.
El estreno absoluto de Aparta de mí este cáliz tuvo lugar el pasado 26 de octubre en un concierto que ofrecía la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla en el Teatro Hogar Virgen de los Reyes. Concierto que volvió a repetirse el lunes 31 en la Iglesia de la Vera Cruz de la capital hispalense, que es el que ofrecemos a ustedes en la grabación realizada por Salvador Guzmán Moral.
En el concierto también se estrenaba una marcha de Daniel Albarrán, Montserrat y así escribía Manu Albarrán Asencio sobre ambos:
"Estamos asistiendo a una noche histórica. Así comenzaba Francisco Javier Gutiérrez Juan sus breves, sentidas, emocionadas y sinceras palabras de aliento hacia dos músicos, que ayer, acariciaban el sueño de sentirse reconocidos por un Grande de la Música. ¡Han nacido dos estrellas! Antonio Moral, quien presentó su obra "Aparta de mí este Cáliz" y Daniel Albarrán por "Montserrat". Del primero dijo, ante su doble faceta, como Director y Compositor ¡tendrás que decidirte, ya que tienes mucho que demostrar! y en cuanto a Daniel Albarrán, hizo referencia a la dificultad que muchos músicos, encuentran a lo largo de su vida para entrar en un conservatorio, a lo que añadió...¡ y fíjate, lo que se puede hacer con tu música! Terminó el Maestro prometiendo para ambos y señalando a una cámara ¡Sé que me están grabando! por tanto, quedará constancia, tengo más proyectos para los dos, y soy de los que cumplen lo prometido, concluyó. La Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida por el Maestro Francisco Javier Gutiérrez Juan...ha vuelto a hacer historia"
La marcha - poema sinfónico de Antonio Moral Jurado se compuso en 2015. Así recoge su guión literario el programa del concierto en que fue estrenada, bajo la batuta de Francisco Javier Gutiérrez Juan:
En la partitura se pueden leer dos frases "cuando la Divinidad alcanza su condición más humana" y una enigmática dedicatoria "a la memoria de un buen hombre" (sic). El compositor ha indicado que se trata de una marcha fúnebre inspirada en el pasaje en que Cristo estuvo orando en el Huerto de los Olivos, que se intenta recrear por medio de varias ideas musicales.
Arrancan los primeros acordes de manera suave para situarnos en la escena. La atmósfera musical resulta un tanto extraña y contradictoria anunciando así las primeras ideas musicales que desembocan en un estremecedor fuerte en el que se escuchan los temas de la oración, en trompetas y del destino, en trompas de manera agitada y turbulenta.
Sin resolver la tensión pasamos a la siguiente sección en la que el tema del destino cobra toda la importancia en instrumentos de viento madera. A este se le unirá el tema de la oración a modo de contrapunto.
Más adelante, en la tercera sección, volvemos a escuchar una variación de los acordes iniciales que nos recuerdan la noche que nos rodea. Se vuelve a oir una textura tensa que antes nos conducía a la primera sección pero ahora desemboca en un nuevo tema, la esperanza, presentado por una fantasía en los vientos metales y que ya fue anunciada en la introducción. Es este momento el momento importante de la partitura ya que nos sitúa ante esencia humana de la divinidad que pide que pase de Él todo el sufrimiento que está por venir.
Continuando un poco más adelante llegamos a la sección del trío en el que el tema de la Oración vuelve a estar presente como fondo. El mismo es rebatido por una variación del tema del Destino en flautas y oboes. A estos dos se le superpone el tema de la Esperanza, tocado por una trompeta y un trombón. Ambos compiten hasta que desembocan en una nueva transición que nos conduce al final, punto culminante de la composición. Finalmente el destino se impone de un modo mayor a la esperanza, convirtiéndose ambos en aceptación de lo que está por venir.
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