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La ceremonia incluyó los ritos de bendición de un nuevo oratorio o capilla y de una imagen, así como la liturgia propia de la Memoria de la Síndone - que se celebra cada 4 de mayo en la diócesis de Turín - y que ha traducido el profesor granadino Ignacio Huertas, uno de los miembros de la delegación andaluza del CES vinculado al Museo de la Pasión de Cabra.
A las 12 de la mañana partía de la parroquia de los Remedios una sencilla procesión encabezada por los miembros de la Fundación Aguilar y Eslava -Salvador Guzmán, Francisco Ortiz, Fernando Priego, José L. Arrabal y Antonio R. Jiménez- a los que acompañaba el autor del Santo Cristo, Juan M. Miñarro así como Sor Emilia y Sor Pilar de la Comunidad Vicenciana de las Hijas de la Caridad de Cabra, que actuaron como madrinas de la bendición. Seguía la cruz parroquial con dos cirios portados por hermanos de la cofradía del Huerto, el seminarista egabrense Ángel Maiz Tejero y los acólitos Rául García y Joaquín Ruiz. A continuación iban los ministros concelebrantes, los cuatro párrocos de Cabra - Francisco Ramírez, Francisco Caballero, Rafael Castro y José Antonio Jiménez- el Vicario de la ciudad de Córdoba, Jesús Poyato y el maestro de ceremonias Fray Joaquín Pacheco OFM, guardián del convento franciscano de la vecina ciudad de Lucena y finalmente el señor obispo mons. Fernández González con mitra y báculo que presidió la celebración.
Cuando llegaba el cortejo al final de la calle Pepita Jiménez y con el eco de las campanas del Ángelus de la cercana iglesia de la Soledad - parroquia de los Remedios -, el Coro de Cámara de la Fundación Aguilar y Eslava entonaba el Himno del Año de la Misericordia, acompañado al órgano por Rafael Sabariego y bajo la dirección de Mª José Villatoro. Una vez en el interior se iniciaba el rito que comenzó por la aspersión con agua bendita de los muros del nuevo oratorio y de la imagen del Santo Cristo, tras la monición que realizó el presidente de la Fundación, Salvador Guzmán Moral indicando algunos aspectos de la historia del Oratorio de la Purísima y de la recuperación del mismo en esta jornada histórica.
En el altar mayor presidía un viejo lienzo de la Purísima que, según los inventarios del archivo histórico de la Fundación, presidiría el primer oratorio del antiguo Real Colegio a finales del siglo XVII. Dos grecas y sendos centros de rosas blancas con flor de cera junto a los siete candelabros que, por presidir el obispo, podían verse en el altar así como un centro de rosas rojas y cardos para la mesa adornaban de manera preciosa este sencillo recinto. Según indicó el presidente de la Fundación, el altar y otros elementos en madera con pan de oro, ha sido cedido por el Ayuntamiento de Cabra procedente de la capilla privada de la Vizcondesa de Termens y que han sido adaptados para la celebración. Un paño con el rostro de la Sábana Santa, a modo de mandilión se ubicó en el frontal del altar que, hasta ser bendecido, se encontraba sin revestir.
El Santo Cristo de la Fundación, extraordinaria imagen realizada por el profesor Miñarro y que había sido traído desde Sevilla en la tarde - noche del sábado 28 de abril, se encontraba en el lugar donde quedará ubicado, sobre un calvario de iris morados con un paño grisáceo que enmarcaba la soberbia talla representando simbólicamente el velo del templo - aún sin rasgar por ser un Cristo vivo -. Frente al Santo Cristo, una escultura en bronce del fundador Luis de Aguilar y Eslava y sobre él uno de los escudos más antiguos de la Fundación que ha sido restaurado para la ocasión y una lápida en mármol como recordatorio del evento. No faltaban tampoco las cruces de las catorce estaciones del Vía Crucis, en madera con la cruz de Jerusalen que se distribuyen por las paredes del oratorio terminando en la imagen del imponente Crucificado de Miñarro.
A lo largo de la ceremonia, que fue retransmitida en directo por Radio Atalaya FM y ATALAYA Televisión, se fueron celebrando los distintos ritos y las partes propias de la santa misa que era la dedicada a la fiesta de la Sábana Santa. El obispo destacó en su homilía la importancia de recuperar este oratorio y el trabajo en favor de la educación y la cultura que ha desarrollado a lo largo de más de tres siglos la Fundación. También destacó la relación entre Fe y Cultura y la importante aportación de la identidad cristiana a la cultura y a la educación. Recordó en sus palabras que no hay que alejar a Dios de la cultura sino que hay que saber alentar el desarrollo y el progreso cultural en sintonía con los valores del Evangelio y hacerlo en nuestra sociedad es una de las misiones que tenemos, por lo que felicitó a la Fundación y les animó a continuar en su labor "para que sigan siendo creadora de Cultura desde su identidad cristiana y en fidelidad a los valores de su fundador" como también dejó escrito en el libro de firmas de la institución.
Luego tendría lugar la bendición del altar y de la imagen del Santo Cristo en un nuevo rito que realizó el obispo de la diócesis y que corroboró así la estela de los papas y obispos que, desde 1693 han autorizado la existencia de capilla u oratorio en el antiguo Real Colegio e Instituto y que ahora vuelve a tener la Fundación Aguilar y Eslava. Las cuatro parroquias han colaborado expresamente con la Fundación en este acto cediendo algunos de los enseres necesarios, así como la hermandad del Huerto - que también ha colaborado con la Fundación en los preparativos y en la celebración - y la parroquia de la Asunción de Córdoba que regaló a la Fundación el misal para el nuevo oratorio. También el Cabildo Catedral de Córdoba ha cedido para la ocasión las casullas para los concelebrantes.
Tras la solemne misa, que fue cantada por el Coro de Cámara interpretando escogidas piezas acordes con la liturgia de la jornada, los asistentes fueron agasajados en el patio de cristales finalizando así una jornada calificada como histórica por muchos de sus protagonistas.
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