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Las sesiones del consejo han tenido lugar en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, bajo el lema "El Santuario, puerta abierta para nueva evangelización", siendo inaugurado por el presidente del Dicasterio, Mons. Rino Fisichella, que habló sobre el papel del Santuario como centro propulsor de la nueva evangelización. Entre los temas tratados los participantes reflexionaron sobre la pedagogía de la evangelización en la pastoral de los Santuarios, el anuncio de la Fe y los Santuarios como guardianes silenciosos del misterio y la belleza.
Además de las sesiones académicas, los más de seiscientos participantes de todo el mundo, realizaron una visita guiada y catequizada a la Basílica de Santa María Mayor, considerado como el primer santuario mariano del mundo y donde se venera la "Salus Populi" uno de los iconos de la Virgen más antiguos para el que se construyó esta basílica. Allí se celebró la santa misa concelebrada y en la que el presidente del consejo pontificio dijo que "el lenguaje común de nuestros pueblos es la fe recargada de la cultura en la que están insertados nuestros santuarios". Acogida, escucha, voluntariado y apostolado son algunos de los aspectos que monseñor Fisichella señaló en sus palabras.
Las conferencias que se han impartido han sido:
El Santuario, centro propulsor de la nueva evangelización, a cargo de mons. Rino Fisichella, presidente del consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización.
La pedagogía de la evangelización en la pastoral de los santuarios, a cargo del padre Mario Magro, presidente de la asociación nacional de santuarios de Italia. El anuncio de la fe en el santuario, a cargo de mons. Pierre Olivier Tremblary, OMI, obispo auxiliar de Trois-Rieiéres (Canadá).
Los santuarios, custodios silenciosos del Misterio y de la belleza, a cargo del padre Jean Paul Hernández, SJ, de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Via Pulchritudinis: el santuario de Santa María la Mayor, a cargo de mons. Crispino Valenziano, profesor emérito del Instituto Litúrgico San Anselmo de Roma.
El Santuario, puerta abierta entre la esperanza y el futuro, a cargo del p. Horacio Brito, de los misioneros de la Inmaculada y rector de Lourdes (Francia).
El Santuario, Puerta abierta para creyentes y no creyentes, a cargo del Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa
El Santuario, puerta abierta para los cristianos en medio a la cultura de la indiferencia, a cargo del padre Cesare Pagazzi, de la Facutad de Teología de Milán.
El santuario y la nostalgia de Dios de los jóvenes, a cargo del secretario ejecutivo del Departamento de Misión y Espiritualidad del CELAM, padre Carlos Guillermo Arias Jiménez.
También se ofrecieron testimonios de diversas partes del mundo y para la clausura los participantes de este Primer Encuentro Internacional de rectores y colaboradores de santuarios fueron recibidos en audiencia por el papa Francisco.
En medio de una gran expectación que llenaba el Aula Regia del palacio apostólico del Vaticano, el papa señaló en sus primeras palabras que "es triste cuando sucede que, a su llegada, no haya nadie que les dé una palabra de bienvenida como peregrinos que realizaron un viaje, a menudo largo, para llegar al Santuario. Y más triste aún cuando encuentran la puerta cerrada". El pontífice destacó que el santuario "es un lugar privilegiado para experimentar la misericordia que no conoce límites" y continuó diciendo que "la piedad popular es el sistema inmunológico de la Iglesia, ¡nos salva de tantas cosas!" y exclamó: "¡Cuánto necesitamos los santuarios en el diario caminar de la Iglesia!".
En su discurso el Santo Padre señaló que los santuarios "son el lugar donde nuestra gente se reúne más voluntariamente para expresar su fe en la sencillez y según las tradiciones que aprendieron desde la infancia". "En muchos sentidos, nuestros santuarios son insustituibles porque mantienen viva la piedad popular, la enriquecen con una formación catequética que sostiene y refuerza la fe y nutre al mismo tiempo el testimonio de la caridad", explicó el Papa.
"Esto es muy importante", agregó: "Mantengan viva la piedad popular y no olviden esa joya que es el número 48 de Evangelii nuntiandi, donde el papa san Pablo VI cambió el nombre: de "religiosidad popular" por "piedad popular".
"El santuario es un lugar de encuentro, no solo del peregrino con Dios, sino también de nosotros como pastores con nuestro pueblo", dijo más adelante: "El sacerdote va al santuario para encontrarse con su pueblo, para entender al pueblo de Dios, sin prejuicios, con ese sentido de fe, con esa "infalibilidad en creer". Este encuentro es fundamental. Si el pastor en el santuario no puede reunirse con el pueblo de Dios, mejor que el obispo le dé otra misión, porque no es adecuado para eso, sufrirá mucho y hará sufrir a la gente", señaló Francisco.
Al finalizar el encuentro, el papa quiso saludar personalmente a los representantes de los santuarios presentes en este encuentro, Lourdes, Fátima, Guadalupe (México), Montserrat o el Rocío, por citar algunos de los más famosos que han estado representados. Entre los asistentes ha estado nuestro director Antonio Ramón Jiménez Montes.
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