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La Real Archicofradía de María Santísima de la Sierra ha tributado un sencillo homenaje a Antonio Sabariego Gallardo, quien ha ejercido la labor de santero en la ermita durante las últimas décadas, hasta su jubilación en estas fechas.
Además de entregarle un obsequio como recuerdo de la Archicofradía, se ha descubierto una placa que expresa gratitud y reconocimiento público hacia las sucesivas generaciones de santeros que, pertenecientes a una misma línea familiar, bien por vía paterna o materna, han desempeñado este cometido de forma continuada desde al menos 1835.
La placa que sirve de homenaje se ha colocado en una de las paredes del patio claustral del claustro del Santuario, junto a la que ha sido vivienda de esta saga familiar de santeros de nuestra Patrona en su casa de la Sierra.
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