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Con el lema "En la Iglesia con voz y voto, por la igualdad y la dignidad de las mujeres", la Revuelta de mujeres en la Iglesia de la ciudad de Córdoba, a la que nos unimos Mujeres y teología de Cabra, hemos participado en la concentración del pasado sábado 5 de marzo en la puerta del Perdón de la Catedral de Córdoba.
Hemos pedido más transparencia y trabajamos para que la Conferencia Episcopal Española abra un proceso reparador ante los casos de abusos a niños y mujeres. Para preparar el Sínodo Internacional de las Mujeres, que se celebrará en Roma en otoño de 2022, se ha abierto un proceso de escucha y sensibilización.
Queremos avanzar hacia una mayor inclusión de la mujer en determinados espacios eclesiales. Las mujeres estamos capacitadas y llamadas a participar en todos los espacios de decisión y también algunas nos sentimos llamadas a practicar los ministerios.
Hay una nueva conciencia sobre la igualdad de la mujer en la Iglesia que empuja hacia un nuevo modelo de participación y de gobierno eclesial. En este sentido, Mujeres en la Iglesia prepara el Sínodo de las Mujeres 2022, porque como afirman «Estamos comprometidas en una Iglesia por la inclusión, el reconocimiento de la paridad y la sinodalidad».
Se trata de un proceso que ya se ha iniciado y en el que tratan la situación de las mujeres en la Iglesia: cuál ha de ser la participación y representación de todos y todas las creyentes; cuál debería ser la estructura de la Iglesia para ser verdadera asamblea del pueblo de Dios y cómo debe ser su transparencia; cómo vivir la Vida sacramental y cómo ser semilla de esperanza en la Iglesia.
Llamadas a participar
Desde Mujeres en la Iglesia, alertan que «la Iglesia se está perdiendo un caudal de aportación intelectual, emotiva y de efectividad que empobrece al conjunto». Y critican también que esta exclusión, además de suponer pérdida de talento y experiencia en la institución, es básicamente injusta: «No es de justicia reducirnos a ser únicamente receptoras de lo que han decidido los varones; Jesús no hace distinciones. ¿Por qué las han impuesto los varones?», se preguntan. Las mujeres que forman parte de la coordinadora creen que «si los varones leyeran la historia en un sentido crítico, seguro que actuarían de otra manera».
A pesar de la dificultad de promover cambios en una institución milenaria, Mujeres en la Iglesia ha trazado complicidad con otras redes internacionales. Y defienden una actitud positiva y motivadora: «Las mujeres, y los laicos en general, nos sentimos llamadas a participar en la misión de la Iglesia», apuntan desde la organización.
Defienden que «el Bautismo no nos da solo la dignidad de hijas de Dios al igual que los varones, sino que también, al hacernos "pueblo de Dios" con los mismos derechos y deberes, queremos que se nos escuche en aquellas cuestiones que atañen al pueblo y no que se nos excluya sencillamente por razones de sexo».
Cambios "pequeños e insuficientes"
El propio papa Francisco ha nombrado recientemente a varias mujeres para funciones de responsabilidad en el Vaticano. Entre otras, la religiosa javeriana Nathalie Becquart, como la Secretaria del Sínodo; la hermana Alessandra Smerilli, como Secretaria interina del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral y Delegada de la Comisión Vaticana Covid-19; o la laica Francesca Di Giovanni, funcionaria de la Secretaría de Estado, como nueva Subsecretaria de la Sección para las Relaciones con los Estados.
Mujeres en la Iglesia cree que «son pasos muy pequeños, pero estas mismas mujeres pueden abrir paso a otras». Sin embargo, defienden que esto puede ocurrir «en más años de los que son necesarios» y piden mayor celeridad y agilidad.
Desde el pasado 8 de marzo, el Vaticano ha instituido el ministerio laical del lectorado, el acolitado y de los catequistas. Las feministas de la Iglesia lo valoran como una forma de formalizar una realidad que ya se da en las parroquias desde hace mucho tiempo. Y, en todo caso, dejan la puerta abierta a analizar qué protocolos se exigirán a las personas que deben realizar estos servicios. «También podría convertirse en una herramienta de control o una especie de filtro que haga que siempre sean las mismas personas quienes lo ejercen y se restrinja la participación de las bases», alertan.
Como novedad reciente, valoran también que se haya creado otra comisión por el estudio sobre el acceso de las mujeres al diaconado permanente. Pero no leen «ninguna intención de propiciar el acceso a la ordenación que podría culminar en el sacerdocio femenino».
Nuevas redes de participación y concienciación
La convocatoria del 5 de marzo se hizo de forma coordinada con quince grupos del resto del Estado: Badajoz, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Logroño, Madrid, Pontevedra, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Vigo, Vitoria y Zaragoza que también celebrarán actos reivindicativos.
Revuelta de Mujeres en la Iglesia, hasta que la igualdad se haga costumbre.