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Individualismo cofrade
08.03.16 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
En las últimas semanas, por aquello de la Cuaresma, asistimos a las numerosas y coincidentes convocatorias de las muchas cofradías que tenemos en Cabra. Digan lo que digan las personas menos implicadas o las que no tienen entre sus gustos los actos que se organizan, no se cumple eso de que es Semana Santa todo el año. Para muestra, estas agendas imposibles que nos encontramos los fines de semana cuaresmales, en los que hay tantos actos que apenas si se les puede echar cuenta.
Luego decimos "es que hay muchas cosas y por eso tenemos poca gente". O buscamos un lugar pequeño, que viene mejor y así parece que se llena. De poco vale tanta convocatoria si luego somos los justos y no van ni los nuestros. Habría que ser menos vehementes y exigirse más para que la cofradía no sea solo de "escaparate".
Es imprescindible reivindicar el papel de coordinación, de árbitro, de dirección que tiene o ha de tener la Agrupación. Y no solo han de implicarse quienes componen su Junta sino también las cofradías que han de ejercer su papel, que no es menor, en el órgano que a todas aglutina. No podemos seguir haciendo las cosas y que cada año veamos cómo se llenan las agendas de actos a la misma hora, sin que se haga evaluación o revisión, sin hacer autocrítica y sin proponer otra forma de hacerlo mejor para el futuro. Repetir por repetir no sirve para nada, salvo para satisfacer el ego personal o cofrade. Y aquí creo que hace falta que se sea menos individualista y hacer más confraternidad. Claro que ¿quién le pone el cascabel al gato?
Pasa lo mismo que con los carteles. Creo que un montón de carteles pone en evidencia, desde mi punto de vista, uno de los problemas principales que tienen nuestras cofradías: el individualismo. "Yo a lo mío, que es lo que importa", parece decirnos esa profusión de anuncios que difuminan la centralidad de la Semana Santa en su conjunto y parecen convocar a ver cada cofradía de manera aislada. Lo mismo que algunos días con los horarios e itinerarios en que la carrera oficial, en lugar de ser un paso continuado de cofradías, es una calle más, en la que cada uno va a su hora y, permítanme la expresión, "a su bola".
Creo que hay que hacer balance y autocrítica, analizar lo que está pasando, lo que ha pasado. Ser menos individualistas e intentar, dentro del mantenimiento de la singularidad de cada cofradía y de sus señas de identidad, conformar la unidad necesaria y el trabajo común que haga de la Agrupación el organismo cofrade que debiera ser.
Si no, seguiremos viendo muchos carteles (con sus mini-pregones), muchos actos, muchas actividades aisladas, muchas cofradías, pero poca repercusión real de lo mucho e importante que supone la Semana Santa de Cabra en su conjunto y como colectivo que trabaja unido.
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