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La Aurora perdida
24.06.16 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
Se celebra en Priego estos días el congreso sobre Hermandades de la Aurora a nivel nacional. Un fenómeno que surge a finales del siglo XVII y que en el XVIII llega a su máximo esplendor, convirtiendo los rosarios públicos al amanecer en una tradición muy arraigada que se expande gracias a "auroros" y a "campanilleros" de muy diversas zonas geográficas.
En Cabra, la hermandad de la Aurora surge en 1729 de la mano del maestro mayor de obras del Conde de Cabra, José Ximénez de Valenzuela, cuando se independiza de la Vera Cruz, para fundar la cofradía de la Aurora en la que se integran, entre otras, las hermandades del Huerto y la Santa Cena manteniendo su vertiente de cofradía del Rosario de la Aurora con la de las procesiones del Miércoles Santo.
El profesor Antonio Moreno Hurtado nos aporta, en otro artículo que publicamos en La Opinión cofrade, una aproximación a la historia de esta antigua cofradía o archicofradía de la Aurora de Cabra, pero hoy nos preguntamos no solo por el legado histórico sino artístico y material de la desaparecida Iglesia de la Aurora, que estaba en la antigua calle Granadal, hoy Juan Valera, donde tiene un local la archicofradía de la Virgen de la Sierra.
Según las referencias documentales que tenemos la autorización para la erección de la ermita de la Aurora se produce en 1729 cuando el obispo Siuri autoriza en febrero de aquel año, la creación de la nueva cofradía del Rosario de la Aurora y su ubicación en la iglesia construida a expensas de Ximénez de Valenzuela en la calle Granadal.
Hasta los años 70 del siglo XX la ermita de la Aurora estuvo en ese lugar, aunque prácticamente en ruinas desde mediados del siglo pasado. Luego ya sabemos lo que pasó, se inscribió a nombre del obispado, siendo Vicario de la Campiña el párroco de Santo Domingo de Cabra Miguel Vacas y, a partir de ahí, como pasó también con otros inmuebles, destrucción de lo que había, venta o permuta, construcción de pisos y dispersión del patrimonio histórico-artístico-religioso. Con la poca precaución - no sabemos si a propósito o por descuido - de no haber dejado inventario ni destino de los dichos bienes. De esta manera la Iglesia de la Aurora dejó de existir y de su patrimonio, al menos documentalmente, nunca más se supo.
Algunos inventarios, que también han sido publicados con sus comentarios por otros historiadores locales, como el caso de Lourdes Pérez - el último de ellos de 1914 - nos han permitido conocer lo que había aunque, como decimos, el expolio sufrido no nos permite asegurar donde puedan estar actualmente. Algunos de ellos pasaron a la parroquia de Santo Domingo, otros a la de los Remedios, a manos particulares, al obispado e incluso a otros templos de la diócesis que estaban necesitados tras las consecuencias adversas y trágicos sucesos de la guerra del 36.
La "Aurora perdida" es uno de los muchos despropósitos que tuvieron lugar en aquellos años setenta del siglo XX por los que, entre una iconoclastia post Vaticano II mal entendida y una apropiación material sin orden ni control, se produjo la desaparición de edificios religiosos, cofradías, bienes artísticos y documentación fundamental para el estudio de una parte de la Historia de nuestros pueblos que ya se desapareció para siempre.
Algunos de los elementos más destacados, como la imagen de la Aurora de Gloria que presidió los rosarios públicos desde mediados del XVIII y el altar mayor de la ermita a ella dedicada por su cofradía, salieron del antiguo templo y fueron montados en un camión que trajeron desde Córdoba. Las declaraciones que en su día recogió Salvador Guzmán a la antigua santera de la Aurora, así venían a decir, más o menos: "vinieron y se lo llevaron todo, hasta con un recogedor se llevaron los pedacitos de retablo que habían quedado por el suelo, lo montaron en un camión y se lo llevaron a Córdoba". Entre lo objetos que iban en la carga estaba la imagen de la Aurora, que podría hoy estar ubicada en el museo diocesano - quizá en el almacén de piezas no expuestas - o en algún templo de la capital con otra denominación y aspecto.
Solo quedan algunos elementos para poder identificarla, como son los óvalos de los estandartes que se conservan enmarcados en sendos cuadros en la capilla sacramental del Rosario de la parroquia de Santo Domingo y que en algunas fotografías de mediados del siglo XX se pueden identificar igualmente. Con ellos, nos hacemos una idea que nos pueda llevar a intuir que algunas imágenes dispersas por la diócesis, podrían ser esta Aurora perdida que hoy recordamos al celebrarse tanto el 800 aniversario de la Orden de Predicadores como el Congreso y Encuentro de hermandades del Rosario y de la Aurora en nuestra vecina localidad de Priego de Córdoba, una de las que ha sabido conservar, casi en su integridad, el valioso patrimonio histórico-artístico y devocional de siglos pasados.
Con todo, la antigua cofradía de la Aurora de Cabra, fiel en sus formas y elementos a las cercanas de Priego, Lucena, Castro, Monturque o Alcalá la Real, se conserva en la actual hermandad de la Oración en el Huerto, que ha recuperado, gracias a la colaboración de investigadores, historiadores y hermanos de la cofradía, esta tradición centenaria de los hermanos de la Aurora, presente también en Cabra gracias al Centro Filarmónico Egabrense.
Una pequeña imagen de la Aurora de Gloria como recuerdo de esta antigua cofradía, cierra el plan iconográfico del paso de misterio de la Oración en el Huerto, en la cartela trasera y mantiene las formas típicas de las imágenes de gloria de la Aurora.
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