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La fiesta que suele conocerse como de los Dolores Gloriosos, tiene su origen en las congregaciones de los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María. Además de la fiesta del Viernes de Dolores, se les autorizó para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de setiembre de todos los años.
Desde su llegada a Cabra en 1697 con las fundadoras agustinas, la imagen de Nuestra Señora de las Angustias con su Hijo yacente, ha recibido la veneración y devoción filial de los egabrenses. Unos meses después de su venida a Cabra, el miércoles de Ceniza de 1698, se hicieron los hábitos de los Dolores en la congregación servita de Cabra, que rezaba la Corona Dolorosa meditando las devociones a los Siete dolores de María, con himnos compuestos para esta especie de "rosario" de siete misterios, en los que se rezan siete Ave Marías.
La fiesta empezó a celebrarse en occidente durante la Edad Media y por ese entonces se hablaba de la "Transfixión de María", de la "Recomendación de María en el Calvario", y se conmemoraba en el tiempo de Pascua. En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Misa especial. Más adelante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre. En 1814 el Papa Pío VII fijó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un día después a la Exaltación de la Santa cruz.
La fundación de esta congregación servita de Cabra es prácticamente paralela en el tiempo a la llegada de las Agustinas Recoletas Descalzas para fundar el nuevo convento de la Orden de Agustinas Recoletas. Con la imagen de las Angustias que viene de Granada, llega también su condición servita, como hemos visto por las actuaciones del padre Ramírez de Mesa a finales del siglo XVII. Esta tradición se ha mantenido de manera ininterrumpida y la actual Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias heredera de tan antigua devoción. Junto a las Agustinas Recoletas tienen en la Virgen de las Angustias con su Hijo Yacente, el foco de la devoción mariana a Nuestra Señora y la fiesta de los Siete Dolores de la Virgen es una de las citas anuales de los cofrades en el Monasterio de las Agustinas de Cabra.
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