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Este día - octava de San Agustín - toda la familia agustiniana, celebra también la solemnidad de la Consolación y Correa, una de las más queridas advocaciones marianas, patrona de las congregaciones, cofradías y órdenes seglares que se integran en la Orden de San Agustín.
La historia de la Correa es singular. Su título se refiere a una florecilla piadosa medieval, donde se trata de explicar la razón de la correa que llevan las agustinas y agustinos en sus hábitos. Desconsolada por los caminos que iba recorriendo su hijo Agustín, santa Mónica invocó a la Virgen María pidiendo por él. Según cuenta la legendaria narración, la Virgen se aparece a santa Mónica y tras consolarla, le dio una correa con la que se había de ceñir, en señal de confianza en la intercesión de la Santísima Virgen. Así sería Mónica la primera en llevar la correa que le entrega la Virgen y a su muerte, Agustín hace lo mismo, legándola a todas las comunidades y familias religiosas que profesan su regla de vida.
Con el paso del tiempo la Orden dedica a Nuestra Señora, en la advocación de Consolación y Correa, una de las prácticas devocionales más antiguas, el rezo de la profesión de fe adornada con avemarías y meditaciones de San Agustín, que lleva el nombre de "coronilla de la Consolación".
Lo mismo que en la tradición de las Agustinas se crean las órdenes servitas, como es el caso de la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias de Cabra, también surge la conocida como Cofradía de la Correa o de la Cintura. Su origen se sitúa en 1493, constando la creación de varias cofradías de Consolación y Correa en Bolonia. En torno a 1575, ambas cofradías se fusionan en una sola, pasando a conocerse como Archicofradía de la Correa.
Más tarde, ya en el siglo XVII, el duque de Segorbe Pedro de Aragón, pide al papa Clemente X que le conceda indulgencias. El papa responde: "Tomad la Correa de San Agustín, en ella las tenéis todas".
Cuantas personas profesan su devoción a la Santísima Virgen en la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Sierra, tienen en este 4 de septiembre una fecha de gran significación. Y entre las prendas que adornan el ajuar de nuestra Patrona, entregadas por la devoción de los pueblos, hay una que guarda especial relación con esta fecha y la solemnidad que estamos comentando. Se trata de la Correa que le entregaron a su llegada a Luque el año pasado, en la puerta misma del exconvento de los padres agustinos, fue un regalo de la cofradía de Consolación y Correa de la vecina localidad de la Subbética.
Entregaba este singular regalo, una sagrada correa de San Agustín y Santa Mónica artísticamente labrada, en recuerdo de la vinculación de Luque con la orden de los Agustinos Recoletos. La Virgen de la Sierra llevó aquel regalo en su trayecto por Zuheros y Doña Mencía, hasta llegar al monasterio de las Angustias, de las RRMM Agustinas de Cabra. También las primeras que vinieron desde Granada para la fundación del monasterio de Cabra, se alojaron en el de los agustinos de Luque allá en los años finales del siglo XVII.
Esta prenda hoy, 4 de septiembre, simboliza la devoción a la Santísima Virgen en la imagen de nuestra patrona y además vincula a Cabra, a la Virgen de la Sierra y al Monasterio de las Agustinas y sus cofradías en esta santa Correa, cuya fiesta celebra en este día la gran familia agustiniana.
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