|
|
|
|
|
Este sábado 23 de junio, ha tenido lugar la ordenación de dos nuevos presbíteros para la diócesis de Córdoba. Como es habitual, al término de la celebración, el obispo anuncia sus destinos pastorales y con ellos, los posibles cambios que puedan producirse en las parroquias de Córdoba y su diócesis. Si hace pocas fechas recibíamos la noticia de la entrada en el camino que le llevará al sacerdocio del seminarista egabrense Ángel Maiz Tejero, hoy el obispo ha anunciado el nombramiento de dos nuevos párrocos para Cabra.
Así la parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios, la antigua iglesia de la Soledad y Santa Ana, tendrá como nuevo párroco al sacerdote lucentino Francisco Delgado Alonso que sustituye a Rafael Castro Flores que es destinado a Montilla.
La otra parroquia que recibe relevo es la más nueva de Cabra, la de San Francisco y San Rodrigo que ha tenido desde sus inicios como párroco a Francisco Ramírez Chamizo que cede el testigo pastoral al sacerdote cordobés Manuel Rodríguez Adame.
Son cambios que vienen a conformar un nuevo tiempo para la iglesia católica en Cabra. Acostumbrados a tener siempre los mismos párrocos, poco a poco se van renovando los ministerios pastorales y dos sacerdotes más jóvenes se unen así al párroco de la Asunción, José Antonio Jiménez Cabello que precisamente cumple un año (fue nombrado el 24 de junio de 2017) al frente de la antigua Iglesia Mayor parroquial de Cabra. Con este doble nombramiento se va completando el necesario relevo generacional y pastoral en las parroquias egabrenses.
Solo en Santo Domingo el veterano Francisco Caballero Guerrero, cercano a cumplir los 80 años, continúa al frente de su parroquia y queda como decano en activo de ese grupo de sacerdotes (Manuel Osuna, Francisco Ramírez o Gregorio Molina, junto a los fallecidos José Burgos o Miguel Vacas) que se han mantenido sin cambios cubriendo una larga etapa, en muchos casos cercana al medio siglo, al frente de las parroquias egabrenses.
Francisco José Delgado Alonso, el nuevo párroco de la Soledad, nació en Lucena en 1973 y está a punto de cumplir 45 años. Ordenado el día de San Rodrigo de 2010, está destinado actualmente en la misión de Picota (Perú) como párroco "in solidum" de la parroquia del Perpetuo Socorro de aquella lejana tierra en la que trabaja pastoralmente la diócesis de Córdoba en tierras hispanoamericanas. Su primera misa la ofició el 25 de marzo del año 2010, Día la Encarnación, en la parroquia de San Mateo. Posteriormente, fue destinado a La Granjuela, Valsequillo y Los Blázquez, tres pueblos emplazados entre Fuente Obejuna y Peñarroya; a Fuente Palmera; y, finalmente, estuvo realizando su ministerio sacerdotal en la parroquia de Santa María de las Flores de Hornachuelos. De allí fue destinado en 2014 al Perú donde ha permanecido estos últimos cuatro años. Ahora se incorpora como párroco a un templo que guarda una devoción muy arraigada en él. La Soledad es una advocación a la que Francisco Delgado se siente muy vinculado pues perteneció a la junta de gobierno de la hermandad homónima lucentina hasta que ingresó en el Seminario.
La parroquia de Nuestra Señora de los Remedios se creó en la antigua Iglesia de la Soledad y Santa Ana por decreto diocesano en julio de 1954 siendo su primer párroco José Burgos Serrano. Después ha tenido como párrocos a Gregorio Molina Hidalgo y al actual Rafael Gabriel Castro Flores que ha venido ejerciendo como tal desde 2012 siendo también capellán del Hospital. Hoy vuelve a tener un nuevo párroco que también como Rafael Castro, tiene la experiencia misionera en su labor pastoral.
Manuel Rodríguez Adame es natural de Córdoba donde nació en 1985 y acaba de cumplir 33 años. Fue ordenado el 9 de mayo de 2009 y actualmente es párroco de San Miguel y San Bernardino en Peñarroya- Pueblonuevo, así como de Nuestra Señora del Valle de La Granjuela. Es miembro del Consejo del Presbiterio y capellán del colegio de la Presentación de Peñarroya. Nada más ser ordenado se le encargó una misión que sorprendió a muchos cuando el entonces obispo monseñor Asenjo lo nombró su secretario. Con apenas 24 años era uno de los curas más jóvenes cuando el obispo lo puso a trabajar con él. Luego fue vicario parroquial en la Inmaculada y San Alberto Magno y capellán del Hospital Reina Sofía, para serlo también de la parroquia de Santa Cruz, el barrio más alejado de la capital. Ahora vendrá a Cabra para asumir la parroquia de un barrio que tiene singularidad y constituye una de las feligresías más grandes y pobladas de Cabra. Además será capellán del hospital en lo que ya tiene la experiencia previa cuando lo fue del Reina Sofía. Recientemente hemos visto publicada una entrevista en la revista Iglesia en Córdoba donde nos cuenta como es y cuyo enlace adjuntamos a esta noticia. Como él mismo dice en esa publicación "Nuestra tarea es acompañar y eso es bonito. Te frustras cuando no puedes llegar a todos por cualquier motivo, pero como dijo San Ignacio: "actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios".
Como buen cordobés su comida favorita es la tortilla de patatas y el salmorejo; recuerda de su niñez las visitas con su abuela al Rescatado, el Señor de Córdoba, y cada Lunes Santo ver a la Virgen de la Merced en el Zumbacón. Entre sus aficiones están el deporte, la música, la naturaleza o el cine. Desde este 23 de junio será el segundo párroco de San Francisco y San Rodrigo.
La parroquia de San Francisco y San Rodrigo es la más reciente de nuestra ciudad. El hasta ahora primer y único párroco tomó posesión de la nueva parroquia el 2 de julio de 1972. Hoy es un día histórico pues se renueva su párroco tras casi medio siglo con el mismo sacerdote al frente.
Rafael Gabriel Castro Flores, natural de Montilla, ha sido hasta párroco de San Mateo Apóstol de la localidad de Monturque y San Antonio de Padua de Huertas Bajas, tras un largo periodo ejerciendo como misionero en Japón, de donde volvió a la diócesis de Córdoba para ocupar el cargo de párroco adscrito a la parroquia de San Francisco de Cabra y el de capellán del hospital. Tras su paso por la parroquia de los Remedios en Cabra pasa a ser vicario parroquial de las parroquias de "San Francisco Solano" de Montilla y de "Ntra. Sra. de Fátima" de Llanos del Espinar, tras un buen trabajo realizado en Cabra donde mantiene muchos y buenos amigos.
También se ha ampliado la labor pastoral del sacerdote egabrense José Antonio Tejero Cárdenas que además de Párroco de Doña Mencía lo será también de Zuheros.
Desde La Opinión deseamos a los nuevos párrocos los mejores trabajos pastorales en nuestra ciudad así como a Rafael Castro Flores y José Antonio Tejero en sus nuevos destinos.
|
|
|
|
|
|